Margarita Pino-Juste
Grupo Gies-10
La desmotivación hacia las tareas escolares es uno de los graves problemas que tiene el Sistema Educativo actual. Uno de los principales retos del docente es encontrar la fórmula mágica que motive a su alumnado a aprender. La mayoría de los estudios muestran como a medida que aumenta la edad del alumnado presentan una menor motivación intrínseca y los intereses pasan a estar más centrados en metas de desempeño dirigidas a la obtención de beneficios como una calificación positiva y una menor preocupación por las metas dirigidas el aprendizaje (Otis, Grouzet y Pelletier, 2005).
En los últimos años se han realizado estudios para enmarcar
sus causas, encontrándose entre las más habituales: ausencia de interés hacia
las tareas escolares quizás por su desconexión con las actividades de la vida
diaria del menor, falta de autonomía que tiene el alumnado para organizar sus
actividades académicas, sentimiento de incompetencia dado que no comprende la
utilidad del trabajo de aula, desvinculación de las familias de las actividades
y planificación educativas, ausencia de
una política de valores que fomente la importancia de la cultura, incoherencia
metodológica entre las dinámicas habituales del alumnado nativos digitales y la
utilizada por la escuela, etc. (Grau,
Pina y Sancho, 2011).
Cabe señalar, que normalmente se recurre a factores
extrínsecos, como premios y castigos para aumentar la motivación hacia las
tareas escolares. Sin embargo, cuando asignamos tareas complejas, que requieren
un grado de esfuerzo y una creatividad continuada, este tipo de recompensas no
funcionan si pretendemos sostener la motivación a largo plazo.
Una posible
solución:
Los “Entornos
Personales de Aprendizaje” o PLE (Personal Learning
Environment) es una expresión que aproximadamente desde la JISC /CETIS Conference de 2004, se utiliza
para referirse a un conjunto de herramientas, aplicaciones, servicios digitales
y recursos humanos que el alumnado tiene a su alcance para aprender en
diferentes contextos educativos con el fin de adquirir nuevas competencias (Attwell, 2010). Esta herramienta se ha
convertido en una estrategia importante para el aumento de la motivación del
alumnado ya que fomentan el diálogo y la argumentación crítica sobre los
contenidos, cada alumno puede alcanzar el dominio de competencias desde el
aprendizaje de diferentes contenidos, el conocimiento es dinámico y existe una
vinculación directa con la realidad del alumno, es un proceso activo y
colaborativo, favorece una evaluación continua y una retroalimentación
constante, etc. Igualmente, implica un doble aprendizaje ya que además del
dominio de competencias digitales, se logran las competencias vinculadas al
propio contenido de aprendizaje (Adell y Castañeda, 2010). De ahí que muchos
autores denominen a estas herramientas “Tecnología para la mejora del
aprendizaje” (TEL: Technology Enhaced-Learning,) (Downes, 2007). Entre ellas se
encuentran la creación de grupos temáticos en las redes sociales para el debate
de contenidos concretos (Facebook), crear Wiki recopilatorias de la materia que
puedan utilizarse como portfolio (Wiki spaces), crear documentos colaborativos
(Google docs), crear blogs de apoyo a la asignatura (Blogger), compartir
trabajos realizados por otros compañeros (Slideshare), compartir documentos en
la nube (Dropbox), o crear videos y montajes fotográficos (youtube).
Actualmente, la utilización de las nuevas tecnologías en el
proceso de enseñanza-aprendizaje favorece la autonomía y la independencia del
alumnado, es decir, se ayuda a que escoja dónde y cómo obtener los
conocimientos y se respeta el ritmo individual de cada uno. Por ello, si les
dejas afrontar el reto a su propio ritmo y en la secuencia que ellos decidan,
irán más allá de lo que pone el temario o lo que entra en el examen. En este
escenario, la función del profesor será de guía y ayuda dejando que se
equivoquen, que rectifiquen y desarrollen sus propias potencialidades de forma
individualizada y aportando al grupo lo que mejor sabe hacer cada uno. Naturalmente,
no se recomienda poner el acento en la evaluación sino en el esfuerzo que se
genera para conseguir una meta. Recordar que Finlandia apenas tiene
evaluaciones en su sistema educativo y en cambio consiguen los mejores
resultados en los informes PISA.
En este giro
epistémico, la teoría pedagógica que justifica la utilización de tecnología
para el aprendizaje se denomina conectivismo que intenta explicar como las
nuevas tecnologías condicionan la forma en que se producen los aprendizajes.
Aquí, el conocimiento yace de la diversidad de opiniones y el aprendizaje es el
proceso de conexión de nodos o fuentes de información que es
necesario nutrir y mantener para facilitar la instrucción continua. Teniendo en
cuenta estas reflexiones hemos diseñado y evaluado una experiencia de
aprendizaje utilizando entornos personales de aprendizaje para el dominio de
las competencias básicas en educación primaria.
Para saber más:
Adell, J. y Castañeda, L. (2010). Los Entornos
Personales de Aprendizaje (PLEs): una nueva manera de entender el aprendizaje.
En Roig Vila, R. y Fiorucci, M. (Eds.), Claves para la investigación en
innovación y calidad educativas. Alcoy : Marfil- Roma TRE Universita degli
studi. http://cent.uji.es/pub/files/Adell_Castaneda_2010.pdf
Attwell,
G. (2010). Three dimensions of a Personal Learning Environment. Disponible
en: http://www.pontydysgu.org/2010/11/three-dimensions-of-a-personal-learning-environment/
Grau, R., Pina, T. y Sancho, C. (2011). Posibles causas del fracaso escolar y el retorno al
sistema educativo. Hekademos: revista educativa digital, 9, 55-76.
Otis, N., Grouzet, F.
M., y Pelletier, L. G. (2005). Latent motivational change in an academic
setting: A 3-year longitudinal study. Journal of Educational Psychology,
97, 170-183.