jueves, 20 de febrero de 2014

DESMOTIVACIÓN DISCENTE.


 Margarita Pino-Juste
Grupo Gies-10

La desmotivación hacia las tareas escolares es uno de los graves problemas que tiene el Sistema Educativo actual. Uno de los principales retos del docente es encontrar la fórmula mágica que motive a su alumnado a aprender. La mayoría de los estudios muestran como a medida que aumenta la edad del alumnado presentan una menor motivación intrínseca y los intereses pasan a estar más centrados en metas de desempeño dirigidas a la obtención de beneficios como una calificación positiva y una menor preocupación por las metas dirigidas el aprendizaje (Otis, Grouzet y Pelletier, 2005).
En los últimos años se han realizado estudios para enmarcar sus causas, encontrándose entre las más habituales: ausencia de interés hacia las tareas escolares quizás por su desconexión con las actividades de la vida diaria del menor, falta de autonomía que tiene el alumnado para organizar sus actividades académicas, sentimiento de incompetencia dado que no comprende la utilidad del trabajo de aula, desvinculación de las familias de las actividades y planificación educativas,  ausencia de una política de valores que fomente la importancia de la cultura, incoherencia metodológica entre las dinámicas habituales del alumnado nativos digitales y la utilizada por la escuela, etc.  (Grau, Pina y Sancho, 2011).
Cabe señalar, que normalmente se recurre a factores extrínsecos, como premios y castigos para aumentar la motivación hacia las tareas escolares. Sin embargo, cuando asignamos tareas complejas, que requieren un grado de esfuerzo y una creatividad continuada, este tipo de recompensas no funcionan si pretendemos sostener la motivación a largo plazo.

Una posible solución:
Los “Entornos Personales de Aprendizaje” o PLE (Personal Learning Environment) es una expresión que aproximadamente desde la JISC/CETIS Conference de 2004, se utiliza para referirse a un conjunto de herramientas, aplicaciones, servicios digitales y recursos humanos que el alumnado tiene a su alcance para aprender en diferentes contextos educativos con el fin de adquirir  nuevas competencias  (Attwell, 2010). Esta herramienta se ha convertido en una estrategia importante para el aumento de la motivación del alumnado ya que fomentan el diálogo y la argumentación crítica sobre los contenidos, cada alumno puede alcanzar el dominio de competencias desde el aprendizaje de diferentes contenidos, el conocimiento es dinámico y existe una vinculación directa con la realidad del alumno, es un proceso activo y colaborativo, favorece una evaluación continua y una retroalimentación constante, etc. Igualmente, implica un doble aprendizaje ya que además del dominio de competencias digitales, se logran las competencias vinculadas al propio contenido de aprendizaje (Adell y Castañeda, 2010). De ahí que muchos autores denominen a estas herramientas “Tecnología para la mejora del aprendizaje” (TEL: Technology Enhaced-Learning,) (Downes, 2007). Entre ellas se encuentran la creación de grupos temáticos en las redes sociales para el debate de contenidos concretos (Facebook), crear Wiki recopilatorias de la materia que puedan utilizarse como portfolio (Wiki spaces), crear documentos colaborativos (Google docs), crear blogs de apoyo a la asignatura (Blogger), compartir trabajos realizados por otros compañeros (Slideshare), compartir documentos en la nube (Dropbox), o crear videos y montajes fotográficos (youtube).
Actualmente, la utilización de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje favorece la autonomía y la independencia del alumnado, es decir, se ayuda a que escoja dónde y cómo obtener los conocimientos y se respeta el ritmo individual de cada uno. Por ello, si les dejas afrontar el reto a su propio ritmo y en la secuencia que ellos decidan, irán más allá de lo que pone el temario o lo que entra en el examen. En este escenario, la función del profesor será de guía y ayuda dejando que se equivoquen, que rectifiquen y desarrollen sus propias potencialidades de forma individualizada y aportando al grupo lo que mejor sabe hacer cada uno. Naturalmente, no se recomienda poner el acento en la evaluación sino en el esfuerzo que se genera para conseguir una meta. Recordar que Finlandia apenas tiene evaluaciones en su sistema educativo y en cambio consiguen los mejores resultados en los informes PISA.
 En este giro epistémico, la teoría pedagógica que justifica la utilización de tecnología para el aprendizaje se denomina conectivismo que intenta explicar como las nuevas tecnologías condicionan la forma en que se producen los aprendizajes. Aquí, el conocimiento yace de la diversidad de opiniones y el aprendizaje es el proceso de conexión de nodos o fuentes de información que es necesario nutrir y mantener para facilitar la instrucción continua. Teniendo en cuenta estas reflexiones hemos diseñado y evaluado una experiencia de aprendizaje utilizando entornos personales de aprendizaje para el dominio de las competencias básicas en educación primaria.
Para saber más:
Adell, J. y Castañeda, L. (2010). Los Entornos Personales de Aprendizaje (PLEs): una nueva manera de entender el aprendizaje. En Roig Vila, R. y Fiorucci, M. (Eds.), Claves para la investigación en innovación y calidad educativas. Alcoy: Marfil- Roma TRE Universita degli studi. http://cent.uji.es/pub/files/Adell_Castaneda_2010.pdf
Attwell, G. (2010). Three dimensions of a Personal Learning Environment. Disponible en: http://www.pontydysgu.org/2010/11/three-dimensions-of-a-personal-learning-environment/
Grau, R., Pina, T. y Sancho, C. (2011). Posibles causas del fracaso escolar y el retorno al sistema educativo. Hekademos: revista educativa digital, 9, 55-76.

Otis, N., Grouzet, F. M., y Pelletier, L. G. (2005). Latent motivational change in an academic setting: A 3-year longitudinal study. Journal of Educational Psychology, 97, 170-183.