A continuación, os exponemos una serie de habilidades que
todo buen maestro debería poseer para educar en valores, ya que a ser
maestro no se aprende en una carrera. Un maestro, nace.
Para ello, intentemos:
1.
Cosechar la diversidad y respirar de las
diferencias.
2.
Establecer relaciones sanas y de respeto.
Anticiparse a los conflictos e intervenir.
3.
Formar un equipo con los discentes y conseguir
entre todos alcanzar los objetivos previstos. ¡Ser un líder que también se
equivoca!
4.
Trabajar e inculcar el deseo de aprender en los
niños. Las experiencias y los sentimientos de los alumnos deben ser importantes
para el maestro, para ello, debe estar emocionalmente disponible.
5.
Empatizar con el niño. ¡Sus inquietudes y retos
también son asunto tuyo!
6.
Ser un experto comunicador y experimentar la
escucha activa para no silenciar detalle de lo que el niño desea comunicar.
7.
Motivar sin comparar enseñando mediante un
enfoque positivo.
8.
Pedir perdón siempre que sea necesario.
Después de leer esto, ¿cuantos
estaríais dispuestos a ser lectores de sueños, guardianes de la inocencia,
protectores de la alegría, referentes para el futuro, guías, amigos para el sí
puedo de supuestos niños que algún día serán alumnos reales y no meros párrafos
teóricos de un libro?
Porque a ser maestro no se aprende, no se
estudia en una carrera. El maestro, nace de la vocación, el entusiasmo, el
aprendizaje diario…nace y en última estancia se hace.
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